Siepac y MER: Impulsando la integración energética centroamericana hacia el 2050

Esta apuesta no es circunstancial:  representa un esfuerzo sostenido por construir un sistema energético más robusto, resiliente e interconectado, que permite a la región optimizar sus recursos y mejorar la seguridad energética para millones de personas.

El compromiso del BID con SIEPAC es sólido desde sus inicios. El Banco fue el principal financiador de la construcción de la infraestructura de transmisión eléctrica, aportando cerca del 53% del total de la inversión, es decir, US$235,5 millones. Gracias a este esfuerzo, se lograron construir 1800 kilómetros de red de transmisión que conectaron a los países centroamericanos, transformando interconexiones nacionales débiles en un sistema regional robusto, con una capacidad inicial de 300 MW, que ha ido consolidándose con el tiempo. Además, con la creación de la Empresa Propietaria de la Red (EPR), se creó un mecanismo que garantiza la sostenibilidad a largo plazo del SIEPAC, apoyando no solo la operación y el mantenimiento de la infraestructura, sino también su financiamiento.

El avance de SIEPAC va de la mano del desarrollo institucional necesario para garantizar la operación eficiente y regulada del sistema. En este sentido, se crearon la Comisión Regional de Interconexión Eléctrica (CRIE), que actúa como regulador; el Ente Operador Regional (EOR), que se encarga de la operación del sistema y del mercado; y el Consejo Director del MER (CDMER), que supervisa la aplicación de las directrices políticas. El éxito de este modelo se ve reflejado en el crecimiento de las transacciones regionales de energía, que aumentaron de 700 GWh en 2013 a 3100 GWh en 2022, con más de 300 agentes participando, demostrando el potencial del mercado para brindar seguridad energética y costos más competitivos.

Una “Visión 2050” para la integración regional

El BID continúa comprometido con el desarrollo del MER, buscando no solo consolidar sus avances, sino también proyectar un futuro ambicioso. Recientemente, apoyamos el desarrollo de la “Visión 2050” para el MER, un esfuerzo integral que plantea cómo la región puede transformarse en términos de generación, integración y sostenibilidad. Según este estudio, la capacidad instalada de energía solar fotovoltaica se multiplicará, pasando de 2.3 GW en 2024 a casi 20 GW en 2050, lo que implicará inversiones superiores a los US$22 mil millones, representando cerca del 40% de los costos totales proyectados para generación. Junto con la energía solar, la energía eólica se perfila como una de las principales fuentes de electricidad, cubriendo ambas aproximadamente 45% de la demanda energética anual para 2050.

El escenario de mayor integración muestra una reducción de costos totales del 10% frente al escenario base (“Business As Usual” – BAU), mientras que un escenario de mayor integración con renovables presenta un 16% menos de costos que el escenario BAU. De la misma manera, el factor de emisiones de la generación en la región pasa de 300 tonCO2/GWh en el escenario BAU a menos de 100 tonCO2/GWh en el escenario de mayor integración con renovables. Es decir, con mayor integración, la región podría lograr una matriz más limpia y de menor costo.

Sin embargo, este cambio en la matriz energética requerirá inversiones significativas tanto en redes de transmisión como también en tecnologías que aporten flexibilidad al sistema, como hidroeléctricas, plantas térmicas a gas natural y almacenamiento en baterías. Se estima que estas requerirán un desembolso cercano a los US$20 mil millones, garantizando la estabilidad y seguridad operativa del sistema. Además, se prevé la ampliación de las interconexiones de SIEPAC con México, así como nuevas interconexiones entre Panamá y Colombia, y Belice y Guatemala, con una inversión proyectada de US$1.5 mil millones.

Retos por delante: hacia una integración energética más robusta

A pesar de los logros alcanzados, el camino hacia una integración energética total no está exento de desafíos. Entre los retos clave se destaca el mantenimiento de la capacidad de intercambio y la confiabilidad de la Red de Transmisión Regional (RTR). Esto requiere inversiones sostenidas tanto a nivel nacional como regional. Una red de transmisión integrada y confiable beneficiará a todos los países al permitir menores costos y una mayor diversificación de los recursos energéticos.

La modernización de la regulación regional y de las regulaciones nacionales es otro desafío fundamental. A medida que el sistema crece y se diversifica, resulta esencial actualizar las normas para garantizar la confiabilidad del suministro y la eficiencia del mercado. En este sentido, potenciar las transacciones a largo plazo y desarrollar licitaciones regionales que aprovechen las economías de escala contribuirá a maximizar los beneficios económicos del MER.

En el mediano plazo, es crucial avanzar hacia una convergencia regulatoria y una planificación regional conjunta. Los análisis muestran que los mayores beneficios económicos se alcanzan cuando la región trabaja como un bloque unido, planificando y desarrollando proyectos de manera coordinada. Asimismo, la gobernanza del MER debe fortalecerse, incorporando las voces de todos los actores y perfeccionando los mecanismos de toma de decisiones.

Finalmente, la integración con otros mercados presenta una oportunidad única para consolidar un mercado eléctrico regional que conecte a toda América Latina. Interconexiones con México, Belice y Colombia podrían generar importantes beneficios económicos y sociales, aunque no sin desafíos técnicos, regulatorios y políticos. En el BID, estamos convencidos de que la integración energética es una de las claves para un futuro más seguro, sostenible y próspero para toda la región, especialmente para Centroamérica, que se ha convertido en un ejemplo de colaboración y avance hacia una integración energética más robusta

Fuente: https://blogs.iadb.org/energia/es/siepac-y-mer-impulsando-la-integracion-energetica-centroamericana-hacia-el-2050/